domingo, 10 de junio de 2012

la razón



información : 



Rajoy: «Hemos evitado la intervención de España»


Moncloa reaccionó en menos de 24 horas a la demanda de que fuese el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien diese una explicación política sobre el acuerdo que el Eurogrupo alcanzó el sábado por la tarde para «salvar» al sector financiero español con un préstamo por un importe máximo –100.000 millones de euros– muy superior a la cifra que en los últimos días manejaban en el Ejecutivo.  

Rajoy cuidó tanto el mensaje como la puesta en escena. Su comparecencia fue en uno de los salones nobles del Palacio de la Moncloa, en el que da sus ruedas de prensa junto con otros mandatarios, y apareció sonriente, tranquilo y relajado. Sus gestos parecían querer quitar trascendencia a la decisión adoptada, mientras que su discurso iba en la dirección contraria, la de presentar el acuerdo europeo como un trascendental éxito de su Gobierno, bueno para España y bueno para el proyecto europeo. Así, Rajoy se negó a utilizar la palabra «rescate» porque nuestra situación «no tiene nada que ver con la de otros países» que sí han sido rescatados, y bautizó la inyección financiera de la UE, que supervisará el FMI, como una «línea de crédito europeo» para la banca española que ayudará a que vuelva a fluir el crédito desde las entidades españolas, base para la recuperación económica.

El presidente del Gobierno negó presiones de sus socios europeos para aceptar la ayuda a la banca. «Quien ha presionado he sido yo. Y lo hemos resuelto satisfactoriamente». Y su explicación a las negaciones del Gobierno sobre la negociación, o sobre la necesidad de ayuda, fue que «las negociaciones no se televisan». «A veces se preguntan cosas que no se pueden contar porque afectan al resultado», añadió. El Gobierno ha negado siempre el rescate de España y siempre ha sostenido también que la intervención no era posible porque España es un país demasiado grande como para poder ser rescatada. Pero quizás la intervención era una de esas «cosas que se comunican cuando ya se ha producido el resultado» porque ayer Rajoy dijo que su Gobierno ha evitado la «intervención del Reino de España». Tajante y sacando pecho de lo que ha conseguido para España: «Si no hubiéramos hecho los deberes, hoy estaríamos hablando de la intervención de España». 

Según subrayó, la «línea de crédito europeo» es una ayuda para salir de la crisis, e incluso la enmarcó dentro del plan de recuperación económica que presentó en su programa de investidura en el Congreso. «Hay que mantener una visión de conjunto y no perdernos en los vericuetos del momento. Lo de ayer [por el sábado] forma parte de un plan global para recuperar el crecimiento, sanear la economía y crear empleo», dijo. 

El acuerdo del Eurogrupo, por tanto, lo sitúa dentro de su estrategia de saneamiento del sistema financiero –el Gobierno ha aprobado dos reformas en esta materia desde que se inició la Legislatura–; es una tabla de salvación para nuestras entidades  sin condiciones negativas para la economía doméstica –negó que vaya a aumentar el déficit o que vaya a obligar a hacer nuevos ajustes extraordinarios–; y es, además, un síntoma de consolidación del proyecto europeo y da credibilidad al euro. 

Rajoy reconoció que la situación económica «sigue siendo muy delicada», pero se ha dado «un paso más» para arreglarla. ¿Y si el acuerdo es tan bueno, presidente, por qué no se hizo antes?  «Ya me gustaría saberlo. Esto se debería haber resuelto hace tres años, como han hecho otros países de nuestro entorno», respondió. «Desde hace mucho tiempo sabemos que necesitamos dinero para recapitalizar el sistema financiero y el mejor procedimiento es la línea de crédito a los bancos», continuó.   Sobre la letra pequeña de las condiciones financieras que se derivarán de esa línea de crédito no añadió nada a lo poco que detalló en la víspera el ministro de Economía y Competitividad, y Rajoy centró siempre su mensaje, tanto en su intervención inicial como en las respuestas a las preguntas, en destacar las consecuencias positivas de la implicación de la UE en socorrer a nuestras entidades financieras. 

Rajoy agradeció a los españoles su «madurez y su comportamiento ejemplar» ante las difíciles decisiones que está teniendo que adoptar su Gobierno. «Vivimos una situación muy difícil, pero el Gobierno sabe lo que tiene que hacer. Agradecemos a los españoles que entiendan las decisiones duras, difíciles y complicadas que estamos adoptando, pero es imprescindible tomarlas», concluyó.


opinión : 

Los responsables de la Roca han ordenado la instalación de una segunda valla en el límite que separa a España de la pequeña colonia. Más que el «Muro de Berlín», la «Valla de Gibraltar». Lo curioso es que Gibraltar, narcotráfico aparte, se ha desarrollado desde que España eliminó su valla y abrió la frontera. Se dice desde el Peñón que la acción se justifica para evitar el contrabando de tabaco. Me parece muy bien. Gibraltar es como una finca. No tiene tantas hectáreas y sí, en cambio, un saludable presupuesto y una frondosidad de dinero negro en las arcas de sus bancos que puede permitirse el lujo de levantar, no sólo una tercera valla, sino una cuarta y hasta una quinta. Sucede que si levantan la quinta valla, los llanitos van a verse obligados a abandonar sus hogares y vivir en la playita, porque mucho terreno no hay.

«El Muro» comunista de Berlín tenía un objetivo tan comunista como su construcción. Impedir a los alemanes del Este que conocieran la decrepitud y la inmoralidad de la Europa libre.  Aquello era maravilloso, pero con anterioridad a la construcción del muro, todos los días centenares de alemanes elegían el camino de la perdición y buscaban esa terrible libertad que tanto molesta y desagrada a los sobrinos de Lenin y Stalin. Después llegaron los «Vopos» que ametrallaban a los insensatos que buscaban su derecho a vivir libres, y finalmente, se levantó el muro. Se tardó mucho tiempo en blindar con la gran muralla de la tristeza gris la frontera entre el Berlín soviético y el Berlín libre, y cuando el comunismo se sintió desbordado por la fuerza de su fracaso, en un pispás la muralla fue derribada. Estuve allí, y no se borrará de mi memoria la expresión de júbilo y esperanza de los alemanes oprimidos cuando pisaron por vez primera el suelo de la Alemania pujante y justa. Aquel muro supuso la constatación de un fracaso que aún perdura en la melancolía y la amargura de los nostálgicos de la estrella roja de cinco puntas. Pero la vallita de Gibraltar, al menos de momento, carece de motivo para alzarse entre las monas, los narcotraficantes, los inversores en Sotogrande y España. Los españoles no sentimos animosidad alguna hacia los llanitos y deseamos su presencia en nuestro territorio, amén de su comprensión y cordialidad. El alzamiento de la segunda valla, sólo perjudica a quienes han invertido en España y en España tienen su comodidad y su vida. Con dos vallas y una frontera, no hay español que pierda el tiempo en pasar a Gibraltar. Esa segunda valla la han levantado los gibraltareños para impedir que sus habitantes pasen a España, que es mucho más divertida y variada. Están creando una murallita que sólo perjudica a los suyos. Pues que levanten la tercera.

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